La grolla y la copa de la amistad son los objetos más conocidos de la artesanía del Valle d'Aosta

La grolla

La grolla es el objeto más conocido de la artesanía del Valle d'Aosta.

Es un cáliz de vino con tapa, labrado en un bloque de madera noble, que se sustenta sobre un breve tocón que a su vez surge de un ancho pie de base plana. El fondo de la copa está rodeado por una franja anular que genera una cavidad y facilita así la sujeción y la apertura.

Una vez salida del torno, serán las hábiles manos del artesano las que la elaboren y decoren. Terminados los entalles, se sumerje en vino hirviendo. Esta operación, en la que adquiere una pátina rojiza, aumenta su valor y calidad, preparándola para el uso.

La palabra "grolla" deriva de graal, que en lengua d'oil significa cáliz y que tiene su origen en el vocablo latino gradalis o cratalis y en el griego krater. La origen de la grolla es religiosa y festiva a la vez: de cáliz paleocristiano —el graal legendario— a copa campesina. De sus lejanos orígenes conserva la elegancia, la forma, la rica decoración.

La grolla estaba reservada a las ocasiones especiales en que se bebía con humor festivo; para el uso cotidiano se utilizaban cuencos de madera, unos con su típica forma de escudilla, otros con dos mangos, algunos más elaborados, con incipientes picos y el borde dividido en varias partes mediante segmentos de madera que cubrían parcialmente la parte superior creando motivos geométricos.

La copa de la amistad

Derivada de la grolla, pero más baja y convexa, con más picos y generalmente con la tapa esculpida con un racimo de motivos, la copa de la amistad se usa para para el vino, pero sobre todo para el “café a la valdostana” (café mezclado con aguardiente, azúcar y especias, que se sirve inflamado).

La copa se presenta en gran variedad de interpretaciones: puede ser de línea simple y con pocos adornos o muy esculpida y tallada. Símbolo de amistad, se usa en ocasiones festivas, cuando se bebe formando un círculo.