Mantequilla
Un versátil elemento base de la cocina tradicional valdostana
La mantequilla del Valle de Aosta se produce en las praderas alpinas y las queserías cooperativas distribuidas por el territorio regionaly, desde siempre, ha representado un papel fundamental en la alimentación tradicional. Su gusto inconfundible conserva los aromas y sabores de los pastos alpinos.
Durante el invierno, los queseros producen la codiciada mantequilla de nata, rica y cremosa, ideal para combinar con polenta, castañas o la dulce gelatina de frambuesas; para su preparación, se deja reposar la leche durante al menos 12 horas en agua fría, permitiendo que la nata aflore espontáneamente y sea después retirada y depositada en la mantequera, el instrumento de fabricación de la mantequilla.
Durante el período veraniego, sin embargo, en los refugios de alta montaña se elabora la mantequilla de brossa, quese extrae de la caldera y se deposita en un recipiente en el que se deja decantar y madurar durante unas 24 horas ;a continuación, se introduce en una mantequera y se le añade un poco de agua: el proceso de "zangolatura" dura unos 40 minutos, hasta que los granos de mantequilla hayan alcanzado la dimensión de un grano de cereal. Antiguamente, los campesinos, para garantizar una mejor conservación de la mantequilla, la fundían, la filtraban y la depositaban en contenedores de vidrio o terracota, dando origen al beuro colo’. Este alimento típico valdostano, ideal para el desayuno de los más jóvenes y los deportistas, es rico en vitamina A y sales minerales.