La piedra local, y sobre todo la piedra ollar, se usa para hacer platos, recipientes, cajas y estufas tradicionales
Entre las piedras locales que se pueden encontrar en el Valle de Aosta, la piedra ollar es una de las más usadas por los artesanos valdostanos.
Es una roca homogénera y compacta de color verde, conocida por los habitantes de los Alpes desde el neolítico por su particularidad de poderse cortar y trabar fácilmente apenas sacada de la cantera. Durante siglos, de los filones de roca verde continuó extrayéndose la piedra ollar, que, en muchas zonas suizas y lombardas, originó una floreciente industria minera y de manufactura.
El nombre que recibe este particular tipo de piedra deriva del término "olla", que se refiere a un gran jarrón de terracota u otro material, con forma de olla, que los romanos utilizaban para cocer y conservar los alimentos y para depositar las cenizas.
En el Valle de Aosta, la piedra ollar, que se encuentra en Valtournenche, en el Valle de Ayas y en el Valle de Champorcher, ha tenido durante siglos cierta importancia como material para la fabricación de objetos y recipientes elaborados con tornos accionados a pedales.
Sobre todo en Valtournenche, patria de los alfareros, los artesanos se especializaron en la fabricación de estufas, ricamente decoradas; antes de la aparición de la calefacción central, muchas familias burguesas tenían una en el salón.
Hoy, tallada o esculpida, la piedra ollar se usa para fabricar esculturas, platos, recipientes, cajas y, por supuesto, estufas.