En el pasado, los niños fabricaban sus propios juguetes, esbozando animales de madera, que hoy se usan como adornos
En el pasado, en el Valle d'Aosta todos tenían que fabricarse con sus propias manos lo que necesitaban. También los niños aprendieron a construirse sus propios juguetes.
En general, los niños preferían juguetes que representaban los animales domésticos con los que estaban familiarizados: nacen así las cornailles pequeñas formas de vacas estilizadas, de cuerpo romo, sin patas, construidas con absoluta libertad de proporciones. También casi todos los demás juguetes eran zoomorfos: además de vacas y ovejas, también había gallinas sin patas y de cuello larguísimo, levantadas directamente desde una pequeña base; los tatá, mulos sobre cuatro ruedas; gatos; carneros.
Este tipo de juguetes continúa fabricándose todavía hoy, si bien con función puramente decorativa.