Pasando por el Valle de Aosta, las calzadas romanas alcanzaban importantes puertos alpinos

Los caminos prerromanos en el Valle de Aosta

En época prerromana, en el Valle de Aosta ya existía una red vial primitiva, constituida por senderos que, desde la prehistoria, permitían el comercio y las relaciones culturales a través de los pasos alpinos. Aún hoy subsiste, sobre la colina de Aosta, una calzada llamada Strada dei Salassi, que se despliega a mayor altura que el posterior itinerario romano.

La vía consular de las Galias: expandiendo el Imperio

La vía consular de las Galias fue una infraestructura indispensable para la expansión política y militar del imperio romano. Por eso, fue también la primera obra pública realizada por los Romanos en el Valle de Aosta. Teniendo en cuenta la conformación del territorio, la construcción de la calzada en el Valle de Aosta fue una hazaña de ingeniería de altísimo nivel.

La calzada cruza el Valle de Aosta desde Eporedia (Ivrea) hasta Augusta Prætoria (Aosta), para luego bifurcarse hacia el puerto de montaña del Alpis Graia (Pequeño San Bernardo) y del Alpis Pœnina (Gran San Bernardo). La mayor parte del recorrido de la calzada se conoce hoy no sólo por los restos arqueológicos aún visibles, sino también por antiguos documentos que señalan hasta los lugares destinados al descanso de los hombres y de los animales.

Además del tramo de calzada entre Donnas y Bard, es en la localidad de Pierre Taillée (Avise) donde se conserva la parte más monumental de la calzada,que se presenta con rocas cortadas, sostenida por construcciones ciclópicas. Otros importantes restos arqueológicos son los del puente de Saint-Vincent y del puente de Châtillon, los restos de la calzada a Montjovet y los tramos de calzada y construcciones de Arvier, Mecosse, Leverogne y Runaz.