La Vía Consular de las Galias, construida para comunicar Roma con el Valle del Ródano, presenta uno de sus puntos más característicos en el tramo de Donnas, encajada en la roca viva durante 221 metros.
Las dimensiones de la excavación resultan evidentes al contemplar el espolón rocoso conservado, en el cual se excavó un arco: 4 metros de profundidad, 4 de altura y casi 3 entre las dos jambas: durante la Edad Media era la puerta de la aldea y se cerraba durante la noche.
En el empedrado de la calzada todavía se pueden ver los surcos de los carros y, un poco más allá del arco, se encuentra la columna miliaria en la que se grabó la cifra XXXVI, que indica la distancia en “milia” entre Donnas y Aosta (aprox. 50 km).