Criptopórtico del foro
Localidades: Aosta
- De octubre a marzo:
de las 10.00 a las 13.00 y de las 14.00 a las 17.00 horas, todos los días
- De abril a septiembre:
de las 9.00 a las 19.00 horas, todos los días
Ultima entrada 30 minutos antes de la hora de cierre.
Cerrado el 25 de diciembre y el 1 de enero.
Los horarios pueden estar sometidos a variaciónes: se aconseja de verificarlos contactando el número telefónico indicado en la sección “Contactos”.
la entrada sencilla para los monumentos cuesta 5,00 €
Reducido 19 - 25 años: 3,00 €
Billete único “Aosta Archeologica, valido seis meses desde la fecha de emisión, para una entrada en cada uno de los siguientes sitios:
- Criptopórtico del foro
- Basílica paleocristiana de San Lorenzo
- Museo Arqueológico Regional
Gratuito:
- niños y adolescentes menores de 18 años
- personas con discapacidad y sus acompañantes
- profesores y acompañantes de grupos de escolares.
- Recomendamos comprar boletos en línea en la plataforma MiDA ticket
Acceso: se realiza desde Piazza Giovanni XXIII, al lado izquierdo de la catedral.
Personas con discapacidad: no accesible.
Fotos y videos: se pueden tomar fotos y videos, para uso privado y sin fines de lucro, con cualquiera dispositivo desprovisto de flash y trípode. No se permite el uso de palos para autofotos. La utilización de imagenes y películas con finalidades publicitarias, comerciales o de prensa está consentida solo con autorización previa.
Animales: se permite el acceso al monumento de animales de tamaño pequeño únicamente si en brazos o insertados en transportín.
Contactos
Sitio incluido en el ticket acumulativo Aosta arqueológica
Se ha debatido mucho sobre de la finalidad específica de este monumento, que data de la época de Augusto; su propósito principal era actuar como estructura de contención y regularización del terreno que, en esa zona de la ciudad, presentaba una ligera pendiente de norte a sur y creaba un desnivel entre el área sagrada y la platea forense adyacente. Además de esta función estructural, con el tiempo, se ha considerado la hipótesis de que la parte semisubterránea podría haber servido también de depósito o granero militar (horreum), pero tras los últimos estudios se excluye radicalmente este destino de uso, ya sea por el aspecto estructural del monumento como por su particular ubicación, y por la comparación con otros ejemplares análogos. La columnata de mármol (porticus triplex) que lo domina (hoy destruida y de la cual no permanecen más que evidencias arqueológicas in situ) servía, en cambio, de marco escenográfico a los dos templos gemelos originales de la terraza sagrada. Aquí nos encontramos en el sector norte del complejo forense de edad romana, justamente frente a la entrada de la Catedral, en correspondencia con un área sagrada sobreelevada que, a su vez, se encontraba dividida del área destinada a actividades civiles y comerciales (plaza Severino Caveri), mediante el pasaje de un decumano menor, aproximadamente correspondiente a la actual via Mons. De Sales.
Desde el punto de vista técnico-planimétrico el Criptopórtico de Aosta se articula en tres brazos dispuestos en forma de herradura e internamente divididos en dos naves con bóveda de cañón, con una secuencia central de arcos rebajados. Los dos brazos laterales miden 71,80 m; el central, más amplio, alcanza un largo interior de 87,10 m.
Originalmente, dos accesos monumentales debían abrirse en los extremos de las alas laterales abriéndose a los costados de la escalinata central.
Las galerías están iluminadas por una serie de ventanas derramadas que aseguran, también, un idóneo recambio de aire; en el transcurso del año la temperatura en el interior del Criptopórtico se mantiene constante.
El ejemplo de Aosta, comparado con todos aquellos casos, antiguos y nuevos, itálicos y provinciales, que la literatura arqueológica ha definido y sigue definiendo como ejemplos de criptopórtico público, particularmente forense, podría interpretarse ya sea como una estructura de prestigio vinculada al culto imperial, como a la autocelebración de los notables de la localidad o bien a las corporaciones religiosas o profesionales ciudadanas.
Por tanto, es legítimo suponer que los Criptopórticos puedan ser interpretados como ambientes dotados de una función político-litúrgica particular: una suerte de lugar “bisagra” entre lo sagrado (el área sagrada y los relativos edificios templarios) y lo profano (es decir, la verdadera “plaza pública”).
Tal como parecen documentar algunas cartas medievales, las estructuras del Criptopórtico continuaron utilizándose también en los siglos siguientes, transformadas en bodegas denominadas, por costumbre popular, “Marché des Romains”.