En las «Batailles de Reines» las vacas del Valle de Aosta salen a la palestra
Es un domingo de octubre. Al entrar en el recinto de la «Croix-Noire» de Aosta, un impacto visual inmediato: una gran multitud se agolpa en los graderíos, en espasmódica espera de asistir al acontecimiento...
El motivo de tanto entusiasmo es la finalísima de la Bataille de Reines, un espectáculo que anima los domingos de Valle d'Aosta desde hace más de medio siglo. La manifestación saca partido del instinto belicoso de algunas razas alpinas, como la berrenda valdostana negra y castaña y la Hérens del Vallese, que a través de combates sobrecogedores determinan la jerarquia en la manada. En los combates, los animales no corren ningún peligro.Con los años, los grandes desafíos de la Bataille se han convertido en una gran fiesta que pasa de generación en generación. Se trata de una manifestación que, con sus miles de expectadores cada año, es una de las más importantes celebraciones de Valle d'Aosta.
Cada domingo, a partir de finales del mes de marzo —con una pausa en junio-julio, en la época en que las manadas suben a las praderas de montaña— las «reinas» del Valle de Aosta se enfrentan en los recintos que se montan en diversas localidades de la región. También en estas fases preliminares la participación está asegurada, no falta el espíritu deportivo y de competición.
Cada año compiten para el título de reina unas 150 reses, en tres categorías de peso. Las cuatro primeras clasificadas de las tres categorías participan en la final regional, donde se elige la reina.