Torgnon
Entre prados y espesos bosques, con unas espléndidas vistas sobre el Cervino, este pueblo se encuentra 1489 m, en una ubicación soleada y resguardada del viento.
Torgnon es un antiguo pueblo disperso en numerosas zonas que conservan su típica arquitectura alpina, situado a la derecha orográfica del torrente Marmore, a 1489 metros de altitud.
La favorable exposición al sol y el clima local hacen que este pueblo sea una localidad saludable y muy frecuentada por los turistas.
La iglesia parroquial consagrada a San Martino conserva un interesante púlpito de madera tallada y un destacable crucifijo de madera.
La agricultura y la ganadería representaban y representan aún en la actualidad una rica fuente de sustento.
La actividad ligada al turismo está experimentando una fuerte expansión, pudiéndose valer de estructuras de alto nivel, con posibilidad de acoger un flujo de viajeros constante durante todo el año.
Desde el paso de Saint-Pantaléon puede disfrutarse de unas vistas espectaculares sobre todo Valtournenche, desde las Grandes Murailles, al Cervino y al glaciar de Breithon por una parte, mientras que por la otra se observa una buena parte del Valle central. Desde la colina se puede descender atravesando la extensa cuenca expuesta al sol, y llegar a los centros habitados de Saint-Denis y Chambave.
Durante el verano pueden realizarse interesantes excursiones, recorridos en bicicleta de montaña y paseos a caballo. No es de extrañar que, recorriendo los caminos más elevados, puedan observarse gamuzas, cabras salvajes y marmotas, e incluso los famosos edelweiss.
En la localidad Chantorné, a 1765 metros, en un hermoso pinar, se halla un área de picnic.
La estación de esquí es bastante extensa, con 10 pistas a las que se accede a través de un telecabina, 2 telesillas y 2 rampas mecánicas con Winter Park, que suben hasta los 2100 metros de altitud. De este modo, la estación puede ofrecer posibilidades a los esquiadores más exigentes.
Las rutas para el esquí de fondo permiten elegir recorridos de diversa longitud, desde 2 hasta 30 kilómetros, y uno de ellos se encuentra entre los más largos y atractivos del valle, discurre por el interior de un espeso bosque de coníferas y llega hasta puntos de enorme belleza, desde los que se puede apreciar toda la majestuosidad del Cervino.
También se puede patinar, jugar al tenis, a las bochas y convertirse en un apasionado de los deportes tradicionales de Val d’Aosta, como el “palet”.
Mire las cámaras web en el sitio web del municipio.
INFORMACIÓN ÚTIL
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