Saint-Nicolas
En una amplia meseta en la zona de la colina, sobre la ladera orográfica izquierda del Dora, a 1200 metros de altura y a 15 km de la ciudad de Aosta, en una posición muy soleada, entre prados y árboles frutales, el pueblo disfruta de un panorama encantador desde el que se puede abarcar con la mirada desde el Monte Emilius al Rutor.
Comprende 15 pueblos distribuidos entre los 754 y los 1734 metros de altura.
Su clima saludable y su situación soleada han permitido el asentamiento humano desde el período neolítico.
Durante la Edad Media fue anexionado al Señorío de Châtel Argent.
Aquí nació el abad Jean Baptiste Cerlogne, gran estudioso de la lengua dialectal valdostana, que codificó en una lengua escrita y al que se ha dedicado un museo sobre su vida y sus obras.
El museo está abierto desde comienzos del mes de julio hasta la mitad de septiembre. Para tutelar y difundir el patois (dialecto francoprovenzal) nació el centro de estudios René Willien, que alberga congresos de carácter etnográfico y lingüístico. El centro dispone de una rica biblioteca, testimonio de la civilización alpina, entre las mejor dotadas de Europa.
En el territorio de Saint-Nicolas se encuentran algunas formaciones de particular interés geomorfológico: los nichos, erosiones características en terreno arenoso.
Son numerosas las rutas que discurren por senderos fáciles para observaciones naturalísticas en el área del Bois de la Tour, un bosque dotado de senderos naturales accesibles también a los invidentes, que pueden obtener más informaciones mediante indicaciones en Braille.
Resulta muy sugerente la balconada que se encuentra en este parque, orientada hacia el valle central y desde la cual se disfruta de una vista espectacular. Sus pintorescas inmediaciones permiten innumerables paseos a pie o en mountain bike.
Desde Saint-Nicolas se puede llegar también fácilmente a la Comba di Vertosan, amplia y magnífica vaguada rica en pastos y con un pintoresco arroyo que fluye ruidosamente con sus bellas aguas límpidas: es una localidad en la que el trekking y la mountain bike encuentran su ambiente ideal.
En el Valle central, los amantes del esquí de fondo y de la hospitalidad y la tradición encontrarán una agradable oportunidad: desde Saint-Pierre se puede llegar a la tranquila y acogedora localidad de Saint-Nicolas, en la que hay cinco anillos de fondo, uno de ellos iluminado; después se puede subir a los 1800 metros de las pistas de fondo de Vetan, desde las que se disfruta de un hermosísimo panorama del Valle del Dora.