Gressan
Sobre la ribera orográfica derecha del Dora, en la extensa cuenca de la llanura de Aosta, de la que se encuentra a pocos kilómetros, y a 626 metros de altitud, Gressan es un pueblo alegre, situado sobre un territorio ligeramente elevado, entre amplias plantaciones de árboles frutales. Esta localidad ya estaba habitada en la época de los romanos, dando prueba de ello algunas inscripciones que se han ido descubriendo y trasladando al Museo Arqueológico de Aosta.
Es muy interesante la pequeña iglesia románica de Sainte-Marie-Madeleine de Villa, inmersa en el verdor de los árboles frutales: presenta un ábside y un campanario con dos niveles de ajimeces de estilo románico.
Se trata de uno de los ejemplos arquitectónicos más preciados de todo el valle. De esta iglesia procede un crucifijo de orfebrería del siglo XII, chapado en cobre dorado y con piedras preciosas engastadas que se encuentra actualmente en el museo de la catedral de Aosta.
El territorio del municipio, especialmente amplio, abarca entre otras la importante localidad turística de Pila, a 1800 metros sobre el nivel del mar.
El primer domingo del mes tiene lugar la festividad que celebra la recogida de la manzana, para la ocasión se organiza un concurso en el que los expositores llevan sus propias manzanas: un jurado valora su aspecto, su integridad y la dimensión en función de la variedad a la que pertenezca. Además se premian la sidra y los dulces elaborados con esta deliciosa fruta.
Entre los monumentos históricos más relevantes, se encuentran el Tour de Villa y la Torre de la Plantaz, si bien no se pueden visitar.