Manzanas, peras, nueces y castañas tienen un enorme potencial que va más allá del consumo en fresco. Antiguamente eran prensadas, molidas y cocidas para poder afrontar los largos meses de invierno.

Al circular por las carreteras de Aosta se pueden observar ordenados manzanos del Valle de Aosta.
La manzana simbólica del Valle de Aosta es la Renetta, de pulpa muy fina y fragante y de piel arrugada de color amarillo óxido.

Junto a las casas hay otros frutales de consumo familiar como cerezos, melocotoneros, albaricoqueros, ciruelos y almendros, los primeros que tiñen la primavera con sus primeras flores.