El pueblo de Farettaz en Fontainemore
Arquitectura - FontainemoreFontainemore puede complacerse en ser uno de los principales núcleos de emigración activa (estacional) vinculada a la construcción. Desde el día de San José hasta el día de Santa Bárbara, a veces también por Navidad, los hombres de esta comunidad partían para desempeñar su propio oficio de maestros constructores en Saboya, en el territorio del Ducado de Aosta y en grandes ciudades, como Turín, Marsella, Lyon, Grenoble e incluso París.
La arquitectura de las viviendas de su municipio de origen infunde respeto. Los trazos de amor por el corte preciso de la piedra y las altas mamposterías de 4 ó 5 pisos se extienden por más de cien caseríos sobre las vertientes escarpadas, cubiertas de castaños.
Farettaz es uno de los pueblos mejor conservados; se compone de diversos grupos de casas unidos por caminos bien dispuestos. El más interesante, sin duda alguna, es aquel en donde se erige el campanario de la capilla consagrada a San Lorenzo. La entrada a este lugar está decorada con una preciosa fuente cubierta por una bóveda de piedra; el estanque es alimentado por un largo canal excavado en la roca.
Próximas las unas a las otras, las casas dibujan formas complejas, separadas por pasajes cubiertos, terrazas, jardines y callejones, que permiten descubrir una antigua arquitectura de calidad, en cuyo seno se compenetran espacios internos y externos en una dimensión humana, impregnada del “saber vivir” en la montaña.
El horno comunitario del pueblo ha sido restaurado y todavía se utiliza para algunos eventos durante los cuales se amasa y hornea pan de harina de centeno negro.
Una nota interesante: en el pueblo denominado “Pra dou Sas” se ha organizado un museo etnográfico de la media montaña. Gracias a la colaboración de los habitantes, este pequeño museo municipal presenta al público objetos de la vida cotidiana insertados en escenarios de una vivienda tradicional.