De la antigua iglesia del siglo XII queda probablemente sólo la cripta que se abre debajo del presbiterio de la parroquia actual, fruto de reformas del siglo XVII. Más allá del altar mayor se ven otros cuatro altares, dedicados al Rosario, a Santa Ágata, a San José y a la Santa Cruz, víctimas de varios robos que los han privado de las decoraciones originales.
Digno de notar es el campanario del siglo XV, cuya cúspide pertenece al siglo XVII.