La fortaleza de Bard alberga cuatro interesantes museos y acoge importantes exposiciones temporales y eventos culturales.

Se puede acceder a la parte superior de la fortaleza siguiendo el camino peatonal, que discurre entre poderosas murallas a partir del interesante pueblo medieval junto al aparcamiento, o se pueden utilizar los ascensores panorámicos a través de los cuales se puede disfrutar de una maravillosa vista del valle circundante y del pueblo medieval.

Permaneciendo casi intacto desde su construcción, el fuerte de Bard representa uno de los mejores ejemplos de fortaleza de barrera de principios del siglo XIX.

La fortaleza está formada por tres edificios principales: comenzando desde abajo están la Ópera Ferdinando, el edificio intermedio, - Ópera Vittorio - hasta el relieve superior, donde se encuentra la Ópera Carlo Alberto. Esta última es la más imponente de las tres obras, que encierra en su interior el gran patio cuadrangular de la Piazza d'Armi, rodeado por un gran pórtico, donde se encuentran los espacios dedicados a las exposiciones temporales.

Historia del Fuerte

Ya durante el reinado de Teodorico (principios del siglo VI d.C.), sesenta soldados armados estaban acuartelados para defender las “Clausuræ Augustanæ” (un sistema de defensa creado para proteger las fronteras del Imperio) en Bard.
En 1034, se lo describió como “oppidum inexpugnable”, en una de las referencias más antiguas a un castillo del Valle de Aosta. Los Saboya se convirtieron en señores de Bard en 1242, con Amadeo IV, impulsado por la insistencia de los habitantes locales, cansados ​​de los abusos de poder de Hugo de Bard, que explotó la posición de su castillo para imponer fuertes impuestos a los viajeros y comerciantes.
A partir de entonces, el castillo siempre estuvo controlado por los Saboya, que tenían allí una guarnición. En 1661, los ejércitos de otras fortalezas del Valle de Aosta, entre ellas Verrès y Montjovet, convergieron en Bard.

El castillo adquirió protagonismo con ocasión del paso del ejército francés en 1704 y, sobre todo, con la llegada de Napoleón Bonaparte que, en mayo de 1800, encontró atrincherada en el fuerte una guarnición formada por 400 austríacos. Los dispositivos de defensa del fuerte eran tan eficaces que el ejército napoleónico empleó unas dos semanas para vencerlas, cosa que consiguieron hacer solo recurriendo a la astucia. Después, Napoleón hizo desmantelar el fuerte para evitar más problemas futuros.

Lo que se puede ver hoy es la reconstrucción ordenada por Carlo Felice, en plena Restauración, que a partir de 1830, lo convirtió en una de las estructuras militares más robustas del Valle de Aosta. A finales del siglo XIX, la fortaleza comenzó a decaer, primero utilizada como colonia penitenciaria y después como depósito de armas. Desmantelada en 1975 por los militares, fue adquirida por la región del Valle de Aosta en 1990 y completamente renovada en 2006.

El Museo de los Alpes

Situado en el primer piso de la Ópera Carlo Alberto, el Museo de los Alpes es un espacio interactivo a través del cual el visitante puede viajar para descubrir el mundo alpino, explorando con los cinco sentidos una montaña vivida y transformada por la mano del hombre. Las salas del recorrido expositivo están divididas en cuatro secciones, que abordan la montaña desde un punto de vista naturalista, geográfico, antropológico y meteorológico, involucrando a huéspedes de todas las edades, gracias a la fusión entre tradición y nuevas tecnologías.

Los Alpes de los niños

Situado en la Ópera Vittorio, este espacio dedicado a los niños y a las familias acerca la montaña a través de talleres científicos sobre el cambio climático y su impacto en los glaciares. Se pueden explorar las cuatro cimas principales del Valle de Aosta – Monte Rosa, Cervino, Gran Paradiso y Mont Blanc – y comparar su evolución glaciar a través de imágenes. La instalación Ice Memory sensibiliza sobre la preservación de los glaciares, explica el calentamiento global y promueve comportamientos sostenibles.

Las prisiones

Las estrechas celdas donde se encerraba a los prisioneros albergan ahora un itinerario histórico que lleva al descubrimiento de la historia de este recinto militar, punto de tránsito estratégico durante siglos. A través de películas, documentos y reconstrucciones en 3D de gran impacto, se puede descubrir la evolución arquitectónica de la fortaleza y los personajes históricos que han marcado sus principales acontecimientos: desde el año 1000 hasta su reconstrucción en 1830, hasta nuestros días.

Museo de las Fortificaciones y de las Fronteras

Situado en la Ópera Ferdinando, en el primer nivel de la fortaleza, el museo lleva a los visitantes a un viaje a través de la evolución de las técnicas defensivas y de las fronteras. A través de maquetas, películas y armas auténticas, se puede descubrir cómo se han transformado las fortalezas desde la época romana hasta el siglo XX. Una sección especial invita a reflexionar sobre el concepto de frontera, ofreciendo una mirada al papel del Fuerte de Bard en el contexto histórico y geopolítico de varias épocas.