A la llegada a Crétaz di Miochaz, donde se deja el automóvil, se abren dos recorridos; ambos conducen a los últimos pueblos de Perloz, accesibles en el pasado sólo a pie.
Parecen “nidos de águila”, pero hay senderos que permiten llegar fácilmente, cuesta arriba, en unos pocos minutos.
En el tramo anterior a Crétaz, sobre una amplia terraza que domina el valle central y la llanura del Canavese, está Varfey. Este pequeño pueblo tiene la peculiaridad de encontrarse sobre la línea de frontera entre los municipios de Perloz y Lillianes; las letras P / L están impresas en el sendero y en las paredes.
Más abajo se encuentra Chemp, situado sobre rocas achaflanadas por los glaciares, en el límite con los castañares. Orgullosos perfiles de grandes viviendas de piedra de finales del siglo XIX se recortan sobre el paisaje junto a una minúscula capilla inmaculada y construcciones rurales más sencillas o más antiguas.
En Varfey, algunos graneros recuerdan los cultivos de cereales que crecían en las terrazas, mientras que en Chemp un bonito granero del siglo XVII flanquea una morada con atractiva fachada, galería y arcadas.
Lejos del frenético contexto de la ciudad moderna, estos pueblos son oasis de paz, aún hoy habitados durante ciertas épocas del año. Todavía se trabaja en los establos o en los talleres de escultura.Entre las casas del pueblo de Chemp se puede visitar un museo al aire libre con obras de varios artistas.
¡Conviene pasar en puntas de pie!
Hoy también se puede llegar a los pueblos de Chemp y Varfey en coche (Varfey desde Lillianes y Chemp desde Perloz).
En primavera crece una flor extraordinaria en la cumbre Fenêtre de Perloz (1670 m): la peonia. La zona forma parte de la red ecológica “Natura 2000”.
El sendero, bien equipado y por el cual se llega en 20 minutos, bordea dos pueblos que fascinan a los apasionados por la arquitectura tradicional: Pesse, situado sobre una terraza en suave pendiente sobre el cañón de Nantey, es frecuentado en primavera y verano; en cambio, sobre una ladera que antiguamente se dedicaba a la actividad agropecuaria, se encuentra el pueblo abandonado de Fenêtre. Destacan la cruz de piedra y el fresno monumental situado en la aldea de Pesse y la espléndida fuente circular tallada en piedra en Fenêtre.