Patrimonio: Gressoney-Saint-Jean

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El Titsch: el dialecto alemán de Gressoney

Tradiciones  -  Gressoney-La-Trinité

Además d un estilo de vida particular, los Walser trajeron también a su lengua, una variación del alemánico, el dialecto más antiguo entre los hablas alemanes.
Toda la población habla todavía este dialecto: se enseña en las escuelas a los niños, y además el Centro Cultural Walser organiza de vez en cuando unos cursos de Walser por todos niveles y abierto a todos.

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Le tipiche tradizioni walser per il capodanno,

Tradiciones  -  Gressoney-La-Trinité

Dopo il Natale fervono i preparativi per festeggiare l’arrivo del Capodanno (Nujoahr).
In ogni casa si preparano i “chiechene”, dolci tradizionali (vedere ricette), che si offrono a coloro che vengono ad augurare buon anno.
E’ tradizione che il 31 dicembre in chiesa, durante la funzione religiosa di fine anno, i fedeli cantano tutti assieme il “Nujoahrslied”: il canto augurale del buon anno.
Ma altre tradizioni, tipicamente walser, di buon augurio per l’anno nuovo, vengono tutt’ora mantenute:
durante la notte di San Silvestro gruppi di cantori, di ogni età, passano di casa in casa, di amici e conoscenti, cantando il “Nujoahrslied”; invece il primo giorno dell’anno sono i bambini del paese che vanno ad augurare il buon anno ad amici e parenti, ricambiati da questi, come da usanza, con la strenna.

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Casa Capriata – Refugio Mollino

Arquitectura  -  Gressoney-Saint-Jean

Inaugurada en diciembre de 2014, Casa Capriata es una estructura muy original, organizada en tres pisos y sobre elevada de la tierra, una nueva interpretación en clave moderna de la arquitectura Walser del alto valle de Gressoney, concebida por el arquitecto turinés Carlo Mollino en 1954, y llevada a cabo en un plazo de 60 años gracias a un grupo de investigadores del Politécnico de Turín.

El proyecto original fue presentado antes en el ámbito del Concurso Vetroflex Domus (1951) y luego en la X^ Trienal de Milán (1954) como expresión de la innovación tecnológica y la prefabricación en construcción; la idea era realizar un edificio de bajo consumo energético, eliminando por ejemplo las necesidades de combustible fósil, experimentando con materiales y técnicas de construcción innovadoras.

En el 2006, un grupo de investigadores del Politécnico de Turín, donde Mollino se graduó en 1931, retomó el proyecto dedicado a la historia de este protagonista de la cultura arquitectónica italiana con la intención de evidenciar el valor y la actualidad, analizando diversas variantes de la misma idea de diseño y registrando la disponibilidad de nuevas soluciones técnicas, a las que la investigación del arquitecto piamontés siempre han estado fuertemente orientadas.

El Refugio Mollino, como se decidió rebautizar a la Casa Capriata en honor a su creador, se levanta en una altura de 2100 metros, en el distrito de esquí de Weissmatten, se puede llegar a pie, con los esquíes o en telesilla y actualmente está destinado a ser bar/restaurante. Esta arquitectura, inmersa en la quietud del paisaje alpino puede ser admirada según la visión ideal de Carlo Mollino que a propósito de su producción de diseño afirmaba: “Tengo por seguro que la mejor explicación a mi obra es la silenciosa ostensión de la obra misma”.

Los stadel, antiguas construcciones walser

Arquitectura  -  Gressoney-Saint-Jean

Al igual que otros valles alpinos alrededor del Monte Rosa, a finales de la Edad Media, el Valle del Lys recibió una población de origen germánico procedente del alto Valais: los Walser. Esta población, a partir de la mitad del siglo XIII, dejó el vecino Vallese (de ahí el nombre de walser) para cruzar puertos alpinos como el Colle Teodulo (3317 m) y el Monte Moro (2984 m) y crear pequeñas islas de asentamiento estable en las cabeceras de los valles que rodean, del sur al este, el macizo del Monte Rosa. Muy afectos a sus tradiciones y al idioma “titsch”, especializados en el comercio de tejidos, emigraron a Europa durante siglos, especialmente a Breisgau (zona de Freiburg) y al norte de Suiza, conservando fuertes vínculos con su pueblo natal: Gressoney.

Una característica arquitectónica propia de esta misma zona son los “stadel”: edificios rurales apoyados en columnas con forma de hongo, con el tronco de madera y el sombrero formado por un gran disco de piedra (“musblatte” en dialecto walser) que servía para proteger el henar de la humedad y de los roedores. Se trata de grandes estructuras de troncos de alerce escuadrados y apilados, unidos en las esquinas con encastres en cruz (mis-bois) apoyadas sobre una base de albañilería que aloja el establo, antiguamente habitado en invierno, las bodegas y, sobre todo, un pasillo con una escalera que conduce a cómodos apartamentos Los stadel están situados en las márgenes del río Lys, protegidos de las avalanchas, y forman pequeños pueblos familiares; las viviendas flanquean los burgos de casas y mansiones construidas por los comerciantes que hicieron fortuna en los siglos XVIII y XIX.

Hay varios pueblos en los que se pueden contemplar estos edificios antiguos:

Gressoney-La-Trinité:
- desde la capital de Gressoney-La-Trinité, un sendero en suave pendiente conduce en una hora a los pueblos de Alpenzu. Situados sobre una terraza de origen glaciar, sobre el gran sendero Walser que lleva a Val d’Ayas, más allá del paso Pinter, los 2 burgos constituyen ejemplos de arquitectura tradicional bien conservada. El recorrido es panorámico: domina todo el Valle del Lys y se apoya en el mágico fondo de los glaciares del Monte Rosa.

Gressoney-Saint-Jean:
- en la localidad de Noversch, hay varios stadel construidos por la familia Zumstein que son estructuralmente ejemplares
- resultan también particularmente interesantes los stadel situados en Eckò, edificados en el siglo XVII por los Lischtgi
- Greschmattò: aquí se encuentra la casa más antigua construida en la zona plana de Gressoney-Saint-Jean (lleva la fecha de 1547), antiguamente tribunal y cárcel. Destaca “Groalémgsch hus”, la casa del recaudador de impuestos (1626), y “Schribehus”, la casa del escribano (1806)
- Tschalvrinò: amplia zona de bosques, refugios, stadel y pabellones de caza de los barones Beck Peccoz; se puede llegar a ella por la nueva carretera transitable que sale de Obre Biel. En la frontera sur (a 1772 metros de altitud) se encuentra uno de los pueblos walser más antiguos. Continuando a pie, se encuentran otros dos stadel de 1547 y 1578 apoyados en los característicos “hongos”.
- Loomattò: típica pedanía al pie del cañón de Loo con un grupo de casas de 1689, 1699, 1773
- Trebelsch Hus: en la zona de Tschòssil, un grupo de tres casas, de las que una lleva en la viga maestra la fecha de 1686. Allí hay un horno de pan de construcción particular, adosado a una roca que sirve de sostén.
- Obre Chaschtal: antiguo núcleo formado por 7 edificios, todos ellos característicos, construidos entre 1580 y 1710.
- Perletoa: pedanía antiguamente autosuficiente, con casas antiguas datadas en 1663, 1692, 1697, 1702, 1707, 1714, 1729
- Drésal: grupo de casas de piedra y madera de las que la más antigua lleva la fecha de 1587, con un pequeño anexo de piedra que contiene el pozo y el horno comunal.

En el territorio de Gaby hay nada menos que 37 “granir”, más conocidos como “stadel”. También en el territorio de Issime, en el valle de San Grato, se pueden admirar numerosos stadel.

    (+39) 0125356248
    walserkultur@gmail.com

Villa Margherita

Arquitectura  -  Gressoney-Saint-Jean

El edificio fue construido en 1888 según un proyecto de ingenieros alemanes por cuenta de la noble familia Beck Peccoz, que desde 1889 al 1896 alojó en varias ocasiones a numerosos miembros de la familia real, entre ellos, la más aficionada a Gressoney, sin duda, la reina de Italia Margarita de Saboya.
El municipio de Gressoney-Saint-Jean adquirió el complejo en 1968, destinándolo como sede del municipio.
El complejo incluye más edificios: la villa destinada a la vivienda impresiona inmediatamente al visitante por la riqueza de los capiteles, frontones, balaustradas y las poderosas balconadas de granito gris. A la entrada del patio se encuentra la casa de los guardias, destinada como cuartel de los carabineros y en la parte norte un edificio largo y bajo, donde se alojaban las caballerizas con sus respectivos carruajes. Al abrigo de la villa, en el ángulo noreste hay una cúpula de piedra que servía como nevera. El conjunto está rodeado de un parque de 19 000 metros cuadrados, en gran parte constituido por un bosque de alerces europeos y de abetos.

Elementos interesantes:

  • los dos portones principales, construidos en madera maciza de roble y con rejas forjadas artísticamente
  • el atrio, pavimentado con mosaicos del tipo Palladiano, permite admirar las escalinatas centrales de madera con barandillas de hierro forjado y superadas por techos ricos en molduras de nogal y roble
  • el pasillo central del primer piso, decorado perimetralmente con espejos, arcas y armarios empotrados, dispone de un techo decorado con delicados motivos florales pintados al óleo
  • los salones del primer piso son los más bellos y mejor conservados de la villa: el estudio en la parte sureste en particular ha conservado íntegramente la decoración y los revestimientos originales, incluida la preciosa alfombra persa, de veinticinco metros cuadrados, en delicados colores rosa y fucsia
  • las preciosas estufas bávaras en cerámica esmaltada, todas con diferentes formas y colores, presentes en cada habitación; se dice que para alimentarlas era necesario un sirviente con esta única tarea y que el consumo de madera ascendía a un metro cúbico al día.

Algunas salas se pueden visitar a petición durante el horario de apertura de las oficinas del ayuntamiento.

    (+39) 0125.355192
    info@comune.gressoneystjean.ao.it

"D'Socka" - zapatillas típicas

Artesanía  -  Gressoney-Saint-Jean

“D’Socka” son zapatillas de paño, muy abrigadas y cómodas, que eran confeccionadas pacientemente por las mujeres en los largos días del invierno. La cooperativa “D’Socka” se ocupa de conservar y difundir la antigua tradición, produciendo este calzado típico aún muy utilizado por los habitantes de este valle.

La cooperativa también elabora artículos de regalo y manufacturas textiles, además de los trajes tradicionales de Gressoney, con cofia en oro y vende productos de marca Valgrisa.

Para conocer los horarios de apertura se ruega llamar a los números indicados en la sección “Contactos”.

    (+39) 0125355054
    (+39) 3407450327
    dsockagressoney@gmail.com

Castillo Saboya

Castillos y torres  -  Gressoney-Saint-Jean

Del 7 de diciembre de 2024 al 16 de marzo de 2025 se aplicará la tarifa reducida, ya que algunas zonas a lo largo de la ruta de visita no serán accesibles; las reducciones ya existentes no sufrirán cambios.

El castillo cerrará del 18 de marzo al 17 de abril de 2025.

La residencia de verano de la reina Margarita de Saboya que disfrutaba de una espléndida vista del Monte Rosa

Reserva y compra de entradas online

El castillo de la reina Margarita está al pie de la colina de la Ranzola, en una localidad llamada “Belvedere” debido a que domina toda la vaguada hasta el glaciar del Lyskamm.
El edificio fue construido entre 1899 (la primera piedra fue colocada el 24 de agosto) y 1904. En 1981 fue adquirido por el gobierno regional del Valle de Aosta.

El arquitecto Emilio Stramucci, artífice de las decoraciones neobarrocas del Palazzo Reale de Turín y del Quirinale de Roma, diseñó un castillo de estilo neomedieval descrito como “estilo lombardo del siglo XV”, muy utilizado en Francia y en Saboya, de donde procedían los soberanos reinantes. El castillo se compone de un núcleo central de forma más o menos rectangular al que están unidas cinco torretas en punta, todas ellas diferentes entre sí; el interior está revestido con piedra de corte gris procedente de las canteras de Chiappey (Gressoney), Gaby y Vert. Tiene tres pisos: en la planta baja está la zona de día; en el primer piso están los apartamentos reales; el segundo piso (no abierto al público) estaba reservado a los caballeros de la corte; en los subsuelos están las bodegas. Del mobiliario original quedan pocos elementos; el resto de los muebles visibles provienen de Villa Margherita; es original la tapicería de tejido de lino y algodón, decorada con efecto chiné. Las pinturas ornamentales son obra del joven pintor y restaurador Carlo Cussetti, que después trabajó en el ala nueva del Palazzo Reale de Turín. El artesonado, el revestimiento de madera y el mobiliario de inspiración medieval son obra del grabador turinés Dellera, proveedor de la Casa Real.

En la planta baja, la entrada principal conduce a un amplio recibidor con columnas y artesonado pintado, desde el que se puede acceder a las demás estancias. A un lado se encuentran las salas de juego y las salitas de estar, comunicadas con la veranda semicircular que da al valle; en el lado opuesto se halla el comedor, con rica decoración en las paredes, la chimenea y el artesonado y revestido con madera con muescas de pergamino. De inspiración neogótica es también la llamada “entrada del palafrenero”, en la torre octogonal situada en la esquina noroeste.
Una elegante escalera de madera con grifos y águilas lleva a los apartamentos reales, tras un recibidor sobre cuyo sofito se puede leer la inscripción “Hic manebimus optime”. El apartamento de la reina tiene la situación más afortunada: desde las ventanas del delicioso salón de la torre septentrional se puede disfrutar de la vista del Monte Rosa y de toda la vaguada; las falsas banderas pintadas entre las ventanas recuerdan la decoración de la sala del barón del castillo de Issogne. El apartamento contiguo, el más espacioso, estaba destinado al príncipe heredero Umberto. En la parte opuesta del atrio están situados los apartamentos del rey y de la marquesa Pes di Villamarina, dama de compañía de la reina.
En una construcción cercana, comunicada con el castillo por un Decauville subterráneo, estaban las cocinas.


También forman parte del conjunto la Villa Belvedere, que en origen era hospedería y gendarmería real, y la caseta conocida como Romitaggio Carducci, dedicada al poeta que fue devoto admirador de la reina, a la que dedicó poemas.
A los pies del castillo se ha realizado un jardín rocoso rico en especies botánicas alpinas.

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Capillas

Iglesias y santuarios  -  Gressoney-Saint-Jean

Capilla de Gresmatten
En la capilla de Greschmattò, dedicada a Maria Addolorata y que data de 1852, todavía hoy se celebra una santa misa el viernes de la semana de la Pasión, durante la cual se canta el Stabat Mater en alemán.
Esta capilla se distingue de entre las demás capillas de Gressoney por su color amarillo ocre y por el nombre de la Santa pintado sobre el fresco de la fachada con dos pequeños querubines.
La capilla no se puede visitar, pero se encuentra en la carretera que asciende hacia el Castel Savoia y merece ser vista, por lo menos desde el exterior.

Capilla de Loo
La capilla de Loo, dedicada a San Lorenzo, está situada en un pasto alpino de alta montaña a 2080 metros sobre el nivel del mar. A ella se llega tras dos horas y media de camino por el sendero número 12, que inicia en Loomatten.
La fachada blanca está datada de 1682. Cada año el 10 de agosto, festividad de San Lorenzo, se celebra la Santa Misa, tradición muy arraigada en la comunidad local.

Capilla de San Giuseppe
La capilla de San Giuseppe, también conocida como del Hermitage, se encuentra a pocos minutos a pie del municipio de Gressoney-Saint-Jean. Dedicada a San José, como la mayoría de las capillas del Gressoney, data de 1600, exactamente de 1633, y no se puede visitar por dentro.

Capilla de Trinò
Esta capilla dedicada a la Madonna delle grazie y a la Addolorata fue construida en 1720.
Sobre la fachada de la capilla hay una cruz de madera y una frase en latín con el año de construcción y de restauración. La capilla se encuentra a pocos metros de la carretera regional, en la localidad de Trinò. No está abierta y no se puede visitar.

Capilla de Eckò
Quizás una de las capillas más bellas de Gressoney, la capilla de Eckò dedicada a S. Giovanni Nepomuceno y a la Madonna Addolorata fue construida en 1657. Ostenta maravillosos frescos de 1727 en su fachada.
Se puede llegar a pie en 20 minutos desde Noversch, o recorriendo el sendero núm. 15 que conecta Gressoney-Saint-Jean con Gressoney-La-Trinité.
La capilla es de propiedad privada y no se puede visitar.

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Iglesia parroquial de San Juan Bautista

Iglesias y santuarios  -  Gressoney-Saint-Jean

La parroquia de Gressoney-Saint-Jean fue instituida en 1660 por el Papa Alejandro VI, quien la dividió de la de Issime, de la cual dependía. Se construyó en 1515 sobre las fundaciones de una capilla más antigua, como indica la inscripción gótica en la fachada: “Hoc opus fecerunt magistri Anthon Goyeti de Issima et Cristanus filius eius, anno Domini MDXV”. En las primeras décadas del siglo XVIII el edificio se sobreelevó y amplió con el añadido de dos naves laterales asimétricas (la izquierda es más corta por la presencia del campanario del siglo XVI).

Elementos interesantes:

  • el crucifijo de madera del siglo XIII
  • las obras de orfebrería barroca alemana del pequeño museo de arte sacro.
  • el campanario: es anterior a la construcción del siglo XVI de la iglesia; se sobreelevó en el siglo XVIII; los costados terminan con tímpanos triangulares que sostienen una cúspide de cobre de 1903, con forma de pirámide, dominada por una cruz;
  • el Viacrucis: situado en un soportal delante de la iglesia, se remonta al año 1626; los frescos son posteriores, obra del pintor del Gressoney Joseph Anton Christopher Curta (1754-1794), autor también del crucifijo de la iglesia parroquial de Verrès y de la Virgen del Rosario que se encuentra en Arvier. La bella cruz de piedra en el centro es de 1735;
  • en la fachada hay un busto de bronce de la Reina Margarita de Saboya, tan amada por los habitantes de Gressoney, solemnemente inaugurado el 9 de septiembre de 1928, en presencia del Príncipe Umberto de Saboya.

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Grupo folclórico de Gressoney

Grupos folclóricos / bandas de música / coros  -  Gressoney-Saint-Jean

El Grupo Folclórico de Gressoney – Greschoney Trachtengruppe fue fundado en el 1957, con el objetivo de valorizar el patrimonio de bailes y cantos populares en alemán y en Titsch, el dialecto local. Actualmente se compone de un grupo de niños y niñas, uno de adultos y unos músicos. Se exhibe con unas coreografías particulares sobre danzas tradicionales Walser y ricibió varios premios y reconicimientos.

El grupo folclórico es famoso tanto en Italia como al extranjero por su traje antiguo y característico, célebre sobre todo por la preciosa cofia de mujer bordada con hilo de oro. Junto al Centro Culturale Walser es el órgano oficial del territorio que preserva las tradiciones de estos preciosos trajes de mujer y de hombre – el traje de hombre fue creado con la fundación del Grupo.

El grupo participa a eventos nacionales e internacionales, como el Walsertreffen, la grande reunión Walser, y es el protagonista de varios eventos durante el verano de Gressoney. Desde los años ’90 el grupo organiza la Fiesta de la Cerveza, en ocasión de las celebraciones del Santo Patrono de Gressoney-Saint-Jean: una fiesta que trae a la memoria las tradiciones germánicas más lindas con la cerveza Kühbacher que cada año llega de Monaco de Baviera de la cervecería de los barones Beck Peccoz, originarios de Gressoney.
Todo el pueblo participa a la organización del evento, que ha llegado a ser una de las fiestas de la cerveza más famosa en Italia.

    (+39) 3387982411
    (+39) 3404884406
    gressoneyfolk@yahoo.it

Museo de la fauna alpina "Beck-Peccoz"

Museos  -  Gressoney-Saint-Jean

El barón Luigi Beck-Peccoz, descendiente de una noble familia “walser”, dispuso en su testamento, fechado el 11 de febrero de 1882 en Augsburgo, que su colección de trofeos fuese trasladada a Gressoney y depositada en un edificio especialmente construido para ella al que destinó un importante capital. Sus hermanos Antonio y Carlo, ejecutores de su testamento, hicieron construir a principios del siglo XX el museo en Gressoney-Saint-Jean, en la localidad de Predeloasch, a pocos metros de Villa Margherita.
En el interior del palacete, en salas decoradas con frescos de estilo alemán, Egon Beck-Peccoz, hijo de Antonio, reunió y expuso la rara y bien nutrida colección de trofeos de caza, armas antiguas y otros preciosos recuerdos de familia, como retratos, cuadros, libros y publicaciones sobre la fauna y la flora alpinas. El edificio y sus colecciones de trofeos y armas fueron adquiridos por el gobierno regional del Valle de Aosta en 1986.
El Cuerpo Forestal Valdostano, encargado de la remodelación del edificio, proyectó y realizó un nuevo diseño museográfico pensado para conservar y preservar las colecciones históricas.
La planta baja, que originalmente hacía las veces de residencia, ha sido restaurada y funciona como sede de exposiciones. La nueva remodelación, integrada en un entorno arquitectónico centroeuropeo, ha sido realizada según criterios expositivos orientados a ilustrar los principales aspectos científicos de la fauna local.

La colección de trofeos de caza
Johann Christoph Beck (1749-1818), que pertenecía a una estirpe de amantes de la caza, se quedó impresionado ante la variedad de cuernos y puntas que pudo observar durante sus viajes más allá de los Alpes, primero mientras realizaba sus tratos comerciales y después como responsable de una sección de aprovisionamiento del ejército de Napoleón. Por ello, siempre que se le presentaba la ocasión, compraba los trofeos de caza que, en su opinión, poseían características particulares, reflejo inconsciente de la tendencia ilustrada de aquel tiempo de recoger y catalogar las anomalías de la naturaleza. A él se debe el primer y más antiguo núcleo de la colección.
Después, su hijo Joseph Anton (1808-1882) completó con magnificencia la colección, estimulado por la moda de la época entre las familias bávaras, que adornaban sus palacios con extraordinarios trofeos de caza, una especie de competición de la que él fue el triunfador; por este motivo, el rey Luis I de Baviera, al otorgarle el título nobiliario, le permitió incluir en el escudo familiar un ciervo, que el rey Carlo Alberto sustituiría por una cabra montesa en el momento del reconocimiento del título en el Reino de Piamonte.
Después, la colección fue trasladada de Augsburgo al pueblo de origen, Gressoney-Saint-Jean, y expuesta solo en parte (por motivos de espacio) en la casa de la plaza de abajo, después bautizada con el nombre de Umberto I. Sus hijos Luigi, Antonio y Carlo construyeron en 1904 el palacete actual. La colección, de unas 2.000 piezas (cuernos y puntas montados en escudos), incluye gamuzas, cabras montesas, ciervos, corzos y varios trofeos de fauna salvaje autóctona y exótica. Resultan de particular interés los ejemplares de corzo siberiano (Capreolus pygargus) y el cruce entre cabra y cabra montesa. La calidad de los trofeos y los interesantes ejemplos de malformaciones óseas de varios tipos otorgan a la colección una relevante importancia histórica y científica.

La colección de armas
En el primer piso del museo hay una armería pequeña pero muy interesante. En las vitrinas originales está expuesta una colección de armas largas, cortas, de tiro y militares que comprende 90 piezas.
Resultan particularmente interesantes las armas largas de caza con avancarga y retrocarga. Se trata principalmente de armas combinadas: bala y balines, “billing” (dos cañones superpuestos), “drilling” (dos cañones de escopeta y uno de rifle) y cañones superpuestos. Los fusiles de caza expuestos están dotados de sofisticados mecanismos; tienen los cañones de fino damasco y la madera de la culata en raíz de nogal. Las básculas y las placas están finamente grabadas con temas de caza. Estos fusiles, que nos han llegado en excelentes condiciones, son piezas únicas con las que los barones Beck-Peccoz realizaron sus cacerías en el período comprendido entre comienzos del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

    (+39) 0125355406
    beckpeccoz@regione.vda.it

''La Festa di San Nicola''

Tradiciones  -  Gressoney-Saint-Jean

Uno dei momenti più propizi per cogliere l’animo dei walser è la festa di “St. Kloas”, ispirata alla tradizione germanica, che si svolge il 6 dicembre.
Questa usanza è ancora molto sentita perchè i bambini aspettano con trepidazione l’arrivo di San Nicola… alla sera della vigilia vanno di casa in casa a portare un bigliettino da loro disegnato con su scritto il proprio nome, chiedendo: “Passerà San Nicola”? Alla risposta: Sì, certamente”, i bigliettini vengono ritirati dalla padrona di casa e messi sotto un piatto …. durante la notte il Santo mette i doni!
Nei tempi antichi San Nicola era molto povero… in dono portava solo frutta, noci, nocciole, mandorle, qualche caramella …. a volte una verga per i bimbi un po’ disubbidienti!
Tutto veniva mangiato, tranne le noci, quelle no! Le noci venivano conservate, perchè si credevano benedette dal Santo, e che quindi servissero a proteggere da ogni pericolo chi le aveva in tasca!

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Traje tradicional de Gressoney

Tradiciones  -  Gressoney-Saint-Jean

El traje tradicional de Gressoney se encuentra entre los más bellos del Valle de Aosta.

Fotografías y testimonios verbales recogidos de personas mayores han permitido comprobar que el traje femenino de Gressoney, hoy como entonces entre los más admirados por su elegancia y refinamiento, era en la antigüedad el vestido que se usaba a diario para realizar cualquier tipo de trabajo.

En comparación con lo que conocemos ahora, en el pasado el vestido parecía más corto y sin adornos, con la falda hecha de tela fina local (landtuech) en negro, azul o morado oscuro y con muchos pliegues (gére) con una mayor adherencia que al modelo actual; sobre la blusa blanca de cáñamo, las mujeres vestían una chaqueta negra (wòlhemd) y un pañuelo de seda de colores brillantes. Durante los trabajos en el campo y en los establos, la previsión se utilizaba para sujetar la falda con un gesto preciso a la espalda del vestido (ufschéerke): para ocultar la enagua, se llevaba un gran delantal de algodón sobre la falda. También está documentado que las mujeres llevaban un sombrero de ala ancha, para protegerse del sol y del mal tiempo, hecho de fieltro pesado y muchas veces sustituido por un pañuelo atado detrás del cuello.

Con la evolución de los tiempos y las modas, el traje se ha convertido en el vestido más bello, para lucir en ocasiones especiales, durante fiestas familiares o solemnidades.
En comparación con el pasado, el vestido es más largo, adornado con bordados y galones dorados, la blusa está adornada con encaje, el delantal es negro, más estrecho que el antiguo, y está enriquecido con bordados y encajes.
Un detalle elegante lo representa el babero de terciopelo negro, bordado con hilos dorados o de colores y con diversos motivos (espigas, edelweiss, flores silvestres o arabescos), a diferencia de los baberos utilizados a principios del siglo pasado, que simplemente tenían un cuello estrecho. trenzas aplicadas en zigzag. Cabe señalar que, además del traje rojo escarlata (ròtanketò), existe el llamado traje de "luto" (trunanketò), de color violeta, con adornos plateados en lugar de oro.
A partir del siglo XIX, el precioso tocado del traje, el espléndido gorro, está sostenido por un rayo superior (chròn) y tejido en filigrana de oro con piedras engastadas.

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