Este castillo, probablemente fundado en el siglo XIV es un ejemplo del estilo tardío de los denominados “castillos monobloque”. El mismo está situado sobre una meseta en un punto de encuentro entre los caminos que conducen hacia la hondonada y los senderos que llevan al cañón ubicado al sur, conocido desde la época medieval por la presencia de yacimientos de hierro, cobre y magnesio.
Estrechamente vinculado a la familia Challant, en el siglo XVII el castillo pasó a manos de los Bianco di San Secondo, después, fue adquirido por la sociedad exploradora de minas en el 1700 y, finalmente, pasó a formar parte de los bienes municipales en el siglo XX.
Debido al abandono progresivo, el castillo se ha ido derrumbando y, en la actualidad, se encuentra en mal estado de conservación.
La campaña de intervención se ha planteado el objetivo de proteger todo el edificio, mediante el vallado del cuerpo oriental y de la torre, para la cual está prevista la reconstrucción del lado meridional, parcialmente derrumbado.