Descripción del recorrido

El Cervino (4.478 metros), llamado Mont Cervin en francés y Matterhorn en alemán, es considerado una de las montañas más famosas de los Alpes y también una de las más características debido a su particular forma piramidal muy pronunciada.
Está situado en los Alpes Centrales, en la frontera entre Italia y Suiza, a lo largo de la cadena de los Alpes Peninos, donde se yergue aislado de las demás cimas.
Presenta cuatro paredes principales orientadas según los puntos cardinales: la pared norte mira a Zermatt, en Suiza; la oeste, al glaciar del Gorner; la sur se cierne sobre Breuil-Cervinia y la este está orientada hacia la Dent d’Hérens.

Tras unos quince intentos de subida por la ladera italiana por la cresta del Leone y otros tantos por la cresta suiza del Hornly, el 14 de julio de 1865, Whymper, Hudson, Douglas y Hadow, con los guías Croz y los dos Taugwalder, fueron los primeros hombres en pisar la cumbre del Cervino.
Tres días más tarde, fue el turno de los italianos J.A. Carrel (llamado “il Bersagliere”) y J.B. Bich, que llegaron a la cima por la cresta del Leone: una difícil ruta que solo pudieron resolver gracias a Aimé Gorret (conocido posteriormente como “l’Ours de la Montagne”), que formaba parte de la expedición, junto con Jean-Augustin Meynet.
En el período 1867/77, Giuseppe Corona, acompañado por los guías J.A. Carrel y J.J. Maquignaz, coronó por primera vez varias cimas de las Grandes Murailles y las Petites Murailles.
En 1879, A.F. Mummery, junto con los guías A. Burghener, J. Petrus y A. Gentinetta, llegó a la cima del Cervino desde la cresta de Zmutt, que es el camino natural, es decir, el de más fácil recorrido si no se cuenta con los medios artificiales que existen hoy en día en las crestas del Hornly y del Leone.
En 1906 le tocó el turno a la Punta Bianca, la Punta Carrel y la Dent d’Hérens, coronadas por primera vez por Ryan y Lochmatter a través del Colle Tournenche. Pocos años más tarde (1911), Mario Piacenza, con los guías J.J. Carrel y J. Gaspard, escaló el Cervino por la Cresta de Furggen, aunque rodeó las pendientes terminales. No fue hasta 1942, en plena guerra, que Luigi Carrel (llamado “Carrellino”), junto con Giacomo Chiara y Alfredo Perino, llevó a cabo la primera integral de Furggen.
En el período de entreguerras, asistimos a la conquista de la pared norte del Cervino por obra de los hermanos Franz y Toni Schmid (1931) y, en el mismo año, a la victoria sobre la pared sur del Cervino, llevada a cabo por Enzo Benedetti junto con los guías Luigi Carrel y Maurizio Bich.
En 1932, también la difícil y peligrosa pared este fue superada por dos cordadas: Luigi Carrel, junto con Antonio Gaspard y Enzo Benedetti, seguidos por Maurizio Bich, Luciano Carrel y Giuseppe Mazzotti. Al final de la Segunda Guerra Mundial, el Carrellino ya tenía en su historial de primeras subidas el Cervino (que consideraba su montaña), la integral de Furggen y las dos paredes este y sur. Permanece todavía virgen la pared oeste (comprendida entre la cresta del Leone y la de Zmutt), una pared de 1500 metros de desnivel. Carrel quiso probar suerte y partió en 1947 con Carlo Taddei. Permanecieron en la pared durante 90 horas, pasando por tres campamentos, pero no consiguieron superar el último tramo de la pared debido al repentino cambio de tiempo. La primera subida por la pared oeste del Cervino fue completada en 1962 por los guías de Valtournenche Giovanni Ottin y Renato Daguin.
En 1953, Walter Bonatti y Roberto Bignami llevaron a cabo la primera subida invernal por las pendientes de Furggen; tres años más tarde, Bonatti completó la primera escalada en solitario por la pared norte del Cervino.
Y, para terminar, el día 11 de septiembre de 1985, Marco Barmasse, en 15 horas, recorrió en solitario las cuatro crestas del Cervino: subida desde Furggen, bajada desde Hornly, subida desde Zmutt y bajada del Leone.