Sarre
Municipio a la entrada de la ciudad principal de la región y a pocos kilómetros de las cumbres más altas de Europa.
Situado a 631 metros de altitud, dispone de una buena capacidad de alojamiento, tanto en hoteles como en campings.
Por su posición, esta localidad suele ser la elegida de los turistas que intentan pasar unas vacaciones tranquilas, en una zona desde la cual se puede acceder fácilmente a los valles del Parque Nacional de Gran Paradiso.
El nombre de Sarre proviene de la voz prerromana “Sarra” que significa paso estrecho entre montañas. En realidad, el territorio del municipio se extiende por un área muy amplia, que alcanza también los 3061 metros de altura del Mont Falère; su buena ubicación ha permitido, desde la antigüedad, la fundación de numerosos poblados rodeados en la actualidad por los mismos árboles frutales y viñedos.
Entre los castaños salvajes, los viñedos y los frutales de la ladera de la colina, se encuentran numerosos vestigios de su pasado que, en esta parte, se remonta a la época prehistórica.
Tras haber visitado las iglesia parroquiales de Saint-Maurice y de Saint Eustache, en Chesallet, los turistas pueden rellenar sus cantimploras en la fuente del 1840 y dirigirse a Oveillan para admirar la capilla del siglo XVIII consagrada a San Bernardo, los ejemplos de arquitectura tradicional y el viejo molino, que fuera accionado en su tiempo por las aguas del torrente Macoin.
A los 1200 metros de altitud de Ville-sur-Sarre se puede observar la capilla del siglo XVII.
Recorriendo en coche la carretera panorámica construida sobre el antiguo trazado de origen prerromano, denominada Route des Salasses y que conectaba la zona de Gran San Bernardo con la zona alta del Valle se puede llegar a la capilla de Thouraz y, desde allí, dirigirse directamente a la cima del Fallère. También se puede optar por montar a caballo o bien en el sillín de una bicicleta de montaña para recorrer los diversos itinerarios de la zona.
Quienes deseen relajarse y disfrutar del aire fresco del bosque, podrán aprovechar el área de picnic de Bellon denominada Sources du Rouet por la presencia de fuentes a las que se puede acceder a través de sencillos caminos.
Para una cura de bienestar, en la zona de Arensod podrá disponer de una piscina abierta todo el año con posibilidad de disfrutar de la sauna y del baño turco.
Pero, sobre todo, no pueden perderse la mágica atmósfera del Castillo Real. Su núcleo primitivo se remonta probablemente al siglo XII, si bien fue en una época mucho más reciente cuando el castillo adquirió su forma actual y la fama que cada año atrae a miles de visitantes a sus salas. De hecho, en 1869, el Rey Vittorio Emanuele II adquirió el edificio y lo convirtió en su cuartel general para las expediciones de caza en los valles de Cogne, Rhêmes y Valsavarenche. Por expreso deseo de su sucesor, el rey Umberto I, el salón y la galería fueron decorados con 3612 cuernos de gamuzas y de cabras salvajes.
Si bien puede visitarse hoy en día en su nueva condición de museo, durante el transcurso de los años, ha estado habitado por todos los miembros de la Casa de Saboya, que, aunque se encuentran en el exilio, mantienen su título de “Condes de Sarre”.