Roisan
A 866 metros de altitud y a tan sólo 7 kilómetros de distancia de Aosta, entre viñedos y frutales se encuentra Roisan, una localidad ya conocida en la época de los romanos que disfruta de unas hermosas vistas de la ciudad de Aosta, del Monte Emilius y del Grand Combin. Perteneció a dos Señorías: los Rhins, a las órdenes del Obispo de Aosta, y los Quart.
La ganadería y la agricultura, favorecidas por la soleada ubicación del territorio, han constituido una importante fuente de ingresos para el pueblo durante muchos años.
En las cercanías del centro habitado sigue resultando aún muy visible el acueducto de Porossan, de 70 metros de largo, que guía las aguas del torrente de Buthier hasta regar las expansiones de prados de Saint-Christophe y Quart.
La Iglesia parroquial de San Vittore (siglo XV) resulta de cierto interés histórico-artístico. En el interior se conservan imágenes de madera de especial valor que representan al propio San Vittore y dos de ellas, a la Virgen con el Niño (de los siglos XIII y XIV), mientras que su exterior presenta un valioso campanario románico con ajimez en dos niveles.
En Plan Raud, en la parte más alta de la capital, se encuentra una bonita pared de roca específicamente habilitada para la escalada deportiva. Resulta indudablemente atractiva la excursión a la colina y a la Becca di Viou (2855 m), uno de los puntos panorámicos más hermosos de todo Val d’Aosta, desde el cual la vista puede abarcar desde los Alpes Graianos hasta los Peninos.
La excursión al monte Rovon (1743 m) resulta interesante desde el punto de vista histórico ya que dentro de esta ruta se encuentra el antiguo oratorio de Meana.