Le Chat qui dort

La posición geográfica de Le Chat qui Dort, en el centro del Valle d’Aosta, hace que este bed and breakfast sea el lugar ideal para unas vacaciones dedicadas a la cultura, la historia, la naturaleza y la tranquilidad.
La situación privilegiada del b&b permite, de hecho, llegar en poco tiempo a los lugares más renombrados del Valle d’Aosta, permaneciendo en una zona tranquila: es un lugar excelente para unas vacaciones relajantes y reparadoras.
Existen muchos lugares de interés cultural e histórico alrededor de “Le Chat qui Dort”, todos a poca distancia a pie, como el Castillo de Quart, el Santuario de Beato Emerico y la Necrópolis de Vollein. Así pues, nuestros huéspedes pueden explorar los pequeños pueblos característicos y los senderos que rodean el b&b.
Le Chat qui Dort también se encuentra a solo cinco minutos en coche del centro de Aosta. En pocos minutos se pueden sumergir en la segunda ciudad romana del mundo por la importancia y la majestuosidad de sus monumentos, entre los que destacan: el Arco de Augusto, la Porta Praetoria, el imponente y majestuoso Teatro Romano, el Foro, ámbito religioso, político y social de la ciudad y el Criptoportico. También son de gran interés el conjunto monumental dedicado a Sant’Orso, la Catedral y la Piazza Emile Chanoux, punto de encuentro de la ciudad.
El bed and breakfast Le Chat qui Dort es también el punto de partida ideal para itinerarios turísticos por el valle, como el interesante tour de los castillos, incluido el castillo de Fenis.
El Valle de Aosta es también un paraíso para los deportes de invierno. A pocos kilómetros de Le Chat qui Dort podrán descubrir la bella cuenca de Pila con sus atractivas estaciones de esquí, accesibles gracias al teleférico de Aosta/Pila.
No hay que olvidar las pistas de esquí nórdico, entre las más populares del Valle d’Aosta, como Cogne y Saint Barthelemy.
Para los amantes de la naturaleza, existen muchas actividades recreativas y naturalistas. Se puede visitar el Parque Nacional del Gran Paradiso, el Parque Regional de Mont Avic o el pequeño pero llamativo humedal de Les Iles, a pocos pasos de Le Chat qui Dort.