El ''Combate de Valdigne''
Referencias - CourmayeurA principios del s. XIX, durante la construcción de la carretera nacional entre Morgex y Pré Saint Didier, los hombres de La Thuile y los de Courmayeur, trabajaban codo con codo en diversas tareas (cada uno cuatro jornadas, que se remontaban a otro para aquel que poseyera un mulo). Sin embargo, su ancestral rivalidad les llevaba a competir continuamente con sus respectivas habilidades. Finalmente, decidieron resolver este problema enfrentando a dos campeones para determinar, según el resultado del combate, cuál era el pueblo más fuerte.
Vivía en La Thuile, en aquellos años, una mujer dotada de una extraordinaria fortaleza, que tenía el sobrenombre de Trifolla: por unanimidad, sus paisanos la escogieron para afrontar la prueba.
A este punto, los de Courmayeur concluyeron que si enfrentaban a un campeón suyo varón contra una representante del sexo débil, aunque fuera también excepcional, cualquiera que fuese el resultado, serían expuestos al ridículo; por lo que decidieron elegir ellos también a una mujer y entrenarla adecuadamente, para que pudiera hacer frente a Trifolla, aunque esta no tuviera igual por complexión y fuerza. Por consiguiente, la joven elegida, conocida con el apodo de Mezola, recibió lecciones de esgrima y boxeo, para aprender algunos recursos que le permitieran derrotar a su adversaria.
El combate tuvo lugar en Pré Saint Didier. Con la plaza de la iglesia abarrotada de gente, las dos mujeres se colocaron a cinco metros una de la otra: sería declarada vencedora la primera que consiguiera arrojar al suelo a su contrincante; cincuenta paisanos de la ganadora comerían un buen almuerzo a costa de los perdedores.
Al principio, la Trifolla se arrojó sobre su rival, para agarrarla fuertemente. Pero esta, le ensartó un codazo debajo del mentón y, haciéndole la zancadilla, la tiró al suelo.
Sin creer lo que veían sus ojos, los habitantes de La Thuile reclamaron un nuevo combate: habían perdido un almuerzo, pero querían apostar una cena. Y Mezola aceptó. De nuevo, la adversaria se arrojó sobre ella con todo el peso de su gigantesco cuerpo, consiguiendo esta vez apretarla entre sus brazos. Pero, gracias a las lecciones recibidas, la representante de Courmayeur maniobró tan hábilmente que, rodando por el suelo con la rival, consiguió colocarse encima de ella.
Tras el combate, el espectáculo concluyó con una gran comilona, que satisfizo a ambas partes. Y así se establecieron los primados: a La Thuile de la fuerza, a Courmayeur de la destreza.
Fragmento de: “Il fiore del leggendario valdostano” (La flor del legendario valdostano) de Tersilla Gatto Chanu, Edizioni Emme, Turín