Las antiguas tradiciones artesanales perduran gracias a la pasión de las nuevas generaciones.
Cada año, por las calles del burgo medieval de Antey-Saint-André, en el mes de agosto, más de doscientos alumnos y estudiantes, procedentes de todas las escuelas de escultura, tallado y torno de la madera, manufactura de cestería, trabajo de la piedra ollar y del hierro forjado del Valle de Aosta, presentan con orgullo los frutos y resultados de su trabajo.
Los expositores participan con entusiasmo en esta feria, la tercera por orden de importancia, a nivel regional, después de la milenaria Feria de Sant'Orso y de la Feria de Donnas. Se trata igualmente de una ocasión festiva que celebra, rememorando y evocando el pasado, los antiguos sabores y la música y, no podía ser menos, el vínculo existente entre el hombre y la montaña.