Mi marido y yo decidimos renovar una vieja ruina, para nosotros y para nuestros tres hijos, en la aldea de Châteigne, un pequeño pueblo rural, donde todavía se pueden encontrar edificios originales hechos de piedra seca y madera.
El pueblo de Châteigne, rodeado de castaños centenarios, toma su nombre precisamente de su fruto (el nombre Châtaigne, en francés, significa castaña). Más tarde, decidimos renovar la casa contigua a la nuestra, que pertenecía a los abuelos de mi marido, y construir una casa de huéspedes.
Las habitaciones han sido especialmente cuidadas manteniendo el estilo típico de montaña, con acabados en piedra y madera, realizados por artesanos locales recuperando los materiales originales. Así hemos restaurado los viejos techos de madera y reutilizado los tablones, para la boiserie de los dormitorios y baños, y las “losas” de nuestros techos. Incluso las cortinas de nuestras ventanas se han hecho recuperando el ajuar de boda de nuestros abuelos, reelaborando de nuevo la “teila de maïson”, cáñamo cultivado y tejido manualmente por nuestras abuelas durante las largas y frías noches de invierno. Podréis admirar nuestros bosques de castaños y las panorámicas vistas de nuestras montañas desde los balcones de madera o cómodamente sentados en las tumbonas que ponemos a vuestra disposición en la zona verde frente al hotel, donde podréis relajaros y desconectar.
En cada habitación encontraréis un maravilloso set de cortesía Montiflor, una empresa local que elabora productos cosméticos a partir del cultivo directo de hierbas medicinales del Valle de Champorcher.

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Los precios son válidos del 01/12/2024 al 30/11/2025