Naturaleza: Châtillon, Issogne, Montjovet, Saint-Vincent, Verrès

Lago glacial, alimentado del subsuelo, refugio de interesantes especies

La reserva natural del Lago de Villa fue instituida en 1982 y tiene una superficie de 25 hectáreas, a una altitud comprendida entre los 810 y los 980 metros.

Un oasis de paz donde escuchar los sonidos de la naturaleza y admirar las montañas que lo rodean. Es interesante visitarlo en todas las estaciones, para admirar los colores de las hojas cambiantes, así como las especies de plantas y animales que lo habitan.

Aquí hay alguna información sobre el área protegida:

• Ambiente: cuenca lacustre-turbosa de baja montaña caracterizada por un claro contraste entre el ambiente palustre del lago y el ambiente árido de los alrededores.
• Fauna: la reserva natural es la principal estación reproductiva a nivel regional para el sapo común. Entre los reptiles destacan la lagartija roquera y la culebra verdiamarilla, mientras que la fauna íctica está formada por carpas y anguilas.
• Flora: las aguas del lago albergan dos plantas nadadoras muy infrecuentes en el Valle de Aosta: la ninfa blanca y el polígono anfibio. El cañaveral está formado predominantemente por carrizos; la vegetación arbórea está compuesta por pequeños bosques higrófilos situados junto a las riberas y bosques de pino silvestre y de roble pubescente en las soleadas pendientes circundantes.

Accesibilidad
El lago es accesible para todos, incluso para las personas con discapacidad: en las inmediaciones de la entrada al camino que conduce al lago, de hecho, hay un estacionamiento para discapacitados y la superficie de la carretera ha sido completamente pavimentada, para también permiten que las sillas de ruedas se muevan cómodamente.

Como llegar
La carretera municipal que conduce al sitio está bien indicada en el cruce a lo largo de la carretera regional 45 del Valle de Ayas, después del pueblo de Challand-Saint-Victor, con un cartel que indica “Reserva Natural del Lago Villa”. 2,5 km después de esta bifurcación se llegará a un pequeño estacionamiento ubicado directamente al costado de la carretera: allí un panel explicativo describe el sitio y sus principales senderos.

Ubicación
El parque es parte integrante del homónimo castillo y está situado en una altura a espaldas de la iglesia parroquial.

Historia
El parque, al igual que el castillo y el jardín renacentista de estilo francés, adoptó su configuración actual a partir de 1706. Fue Paolina Solaro di Govone, esposa de Giorgio Francesco di Challant, la responsable de la reconstrucción total del fuerte y la introducción de nuevos árboles. Actualmente el parque pertenece a la condesa Claudia Passerin d’Entrèves.

Descripción
En este parque se han identificado numerosos árboles pertenecientes a la categoría “plantas monumentales”, de especies diferentes, protegidas por una ley regional específica. Entre ellos destaca un tilo que alcanza los 5 m de circunferencia, la vieja y majestuosa haya con una circunferencia de 5,5 m, el cedro del Atlas con su circunferencia de 4,5 m; además, fresnos, encinas y arces, todos ellos de dimensiones imponentes para las características de cada una de las especies, sin olvidar la célebre y majestuosa “avenida de los tilos y las hayas”, que ofrece una visión verdaderamente sugerente del lugar. La superficie del parque es de unas 3 hectáreas, pero la parte accesible a los visitantes es de unas 2 hectáreas y está constantemente vigilada. Las plantas monumentales están identificadas por una placa que detalla las características de los ejemplares.

El arboreto se halla a la izquierda orográfica del torrente Évançon, en la entrada del Valle d’Ayas. Puede llegarse a pie desde Verrès, donde conviene dejar el automóvil, subiendo un breve tramo de la carretera regional del Val d’Ayas.

En sus dos entradas se han colocado sendos paneles con la descripción de la zona, que comprende nueve plazoletas panorámicas, equipadas con bancos y cestos para recogida de basuras. El paisaje visible desde este lugar es extraordinariamente amplio: a la izquierda el castillo de Verrès, levantado en la segunda mitad del S.XIV; a nordeste, el Val d’Ayas; al noroeste se recorta la majestuosa cruz de hierro construida sobre el monte Saint-Gilles (en agradecimiento por la incolumidad del pueblo durante los bombardeos de la segunda guerra mundial); a sudoeste y sudeste, la gran llanura de Verrès y poco más allá el castillo de Issogne.

La variada vegetación puede reconocerse gracias a los carteles que indican su nombre botánico, además del los nombres en italiano y francés. Se encuentran, además de las especies autóctonas típicas de este ambiente xerófilo, como el roble pubescente, el cornejo, el espino albar, el olmo, el almez, la robinia, etc., especies más exigentes como el cerezo, el fresno, el castaño, el peral, el tilo, además de algunas manifestaciones botánicas que son auténticas rarezas espontáneas en este tipo de contexto: nispolero, rusco, laurel y bonetero.
También se aprecia diversificación en la flora herbácea y arbustiva: encontramos las típicas especies de los ambientes muy secos y cálidos, como la saponaria, la silene musgo, el escaramujo, la clemátide, los lirios silvestres y otras más exigentes como la violeta, la fresa y la hiedra.

Los habitantes de Verrès llaman a este lugar, en lengua patois “Borna di Laou” o, en piamontés, “Tampa del luf”, ya que, según parece, en la zona tuvo su madriguera un lobo hasta fines del siglo XIX.