En el Valle de Aosta se puede descubrir la vida rural del pasado y las tradiciones de la montaña en los museos etnográficos que recogen y protegen el rico patrimonio histórico de las comunidades rurales.
Navegar
Pronóstico del tiempo
Meteo
jueves 13 noviembre
viernes 14 noviembre
sábado 15 noviembre
Reserva tus Vacaciones
Exposición "L'école d'autrefois"
Museos - PerlozLa exposición “Scuola d’altri tempi” fue inaugurada con ocasión del Concours du Patois Abbé Cerlogne, celebrado en Perloz en el 2001.
Aquí están expuestos algunos muebles y objetos escolares procedentes de la antigua escuela de Marine, que ha sido remodelada y es a la vez museo y sede de manifestaciones de la asociación Proloco.
La exposición abre bajo pedido o con ocasión de fiestas que se desarrollan en la pedanía.
Para información y visitas dirigirse a los números indicados en la sección “Contactos”.
Museo etnográfico Petit Monde
Museos - TorgnonEl territorio conocido con el nombre de Petit-Monde incluye los dos pueblos de Triatel y Étirol, que han mantenido el aspecto típico del paisaje habitado de montaña. En el pueblo de Triatel hay un interesante museo etnográfico ubicado en edificios de la tradición arquitectónica rural.
Un “rascard” adosado, construcción de madera típica franco-provenzal, ejemplo único en el Valle, una “grange” y un “grenier”, construidos entre 1462 y 1700, restaurados y valorizados con una preparación muy original, son hoy testigos de un pasado que se arriesga a ser olvidado.
La visita comienza en la planta baja del rascard, con la exposición permanente “El laberinto de la memoria”, que cuenta la verdadera historia del hombre, el origen, la evolución de la aldea, la vida y la organización social de los habitantes de este pequeño mundo antiguo.
Los textos, una síntesis de la investigación histórica, comprensibles incluso para los más pequeños, están valorizados por los dibujos de Francesco Corni.
Visitando las colecciones en los numerosos “tsé” y “tzambron” (locales interiores), uno se puede sumergir en la vida de los habitantes del lugar, vida dura, escandida por el ritmo lento del trabajo en los campos. El silencio estimula los recuerdos y la fantasía: se pueden imaginar “sonidos antiguos de la aldea”, el perfume del heno y del trigo, el olor de los animales, y la plazita del museo, que cada día en los meses de verano se anima con los visitantes, favorece las charlas típicas de la aldea de montaña. Es así como el museo se transforma y de lugar de la memoria pasa a ser un lugar lleno de vitalidad y relatos.
El recorrido se completa con la visita al molino, que se encuentra a poca distancia, sobre el torrente Petit Monde.
Cómo llégar
Para apreciar el lugar, el museo y la naturaleza que lo rodea, se aconseja llegar hasta el museo a pie, por un bonito paseo al alcance de todos, que permite de admirar el espléndido panorama sobre Torgon, el Valtournenche y el Cervino.
También se puede llegar al museo en coche, por la misma carretera, estrecha y asfaltada, utilizada por muchos peatones (unos 1,8 km).